Corría el año de 1997 cuando me iniciaba profesionalmente en el mundo de la Internet. En aquella época si se quería trabajar con “diseño”, todo estaba limitado a hacer un layout en Photoshop para después exportarlo como una imagen. El término “diseño” lo pongo entre comillas por qué básicamente no había mucho que hacer. O ponías todo en una imagen o… ponías todo en una imagen.
En aquella época alguien se aventuró a intentar cambiar las cosas – recuerdo haber asistido a un evento de lanzamiento de Internet Explorer – donde se transmitía en vivo la presentación de Bill Gates.
¡Había nacido el DHTML o HTML Dinámico! Bueno, casi.
La verdad es que el DHTML no cambió mucho el statu quo. Por ejemplo, lo que funcionaba en IE no funcionaba para Netscape (¿alguien lo recuerda? Ese navegador que llegó ates que Mozilla/Firefox) y, para empeorar las cosas, lo que funcionaba en una PC no funcionaba en Mac.
Estábamos realmente condenados a, ¿adivina?
Precisamente, la imagen.
Photoshop y un editor de texto básicamente era todo lo que necesitabas para construir un sitio. Pero las cosas empezaban a cambiar. Se dejó venir la era de los plug-ins.
Real Player, VDO, Director y, entre muchos otros, también estaba Future Splash.
Nacieron con el objetivo específico de añadir funcionalidad al HTML que, estoy seguro nadie me va a contradecir, era la tecnología más “aburrida” del mundo.
Future Splash terminó siendo comprado por una compañía llamada Macromedia, y entonces lo rebautizaron como Flash.
Fue un momento de verdadera emancipación. El diseño ya no necesitaba de comillas.
Fuentes, animaciones, interactividad… todo eso vino gracias a Flash.
Con todo ese éxito encima, Flash empezó a volar cada vez más alto. De un momento a otro, cualquier sitio estaba construido o integraba Flash – principalmente aquellos destinados a la comunicación.
Nació una industria en la que un montón de buenos profesionales se instruyeron y especializaron en Flash. El orden y la calma habían llegado a Internet – por lo menos en lo que respectó al diseño.
Personas realmente talentosas creaban contenidos muy buenos. Todo ese empuje y el ecosistema detrás de él terminaron haciendo que el formato swf (el archivo de Flash) se convirtiera en un “estándar” en la industria de los anuncios.
Parecía que había nacido para esto. Era perfecto. Si sabías trabajarlo, podías fabricar banners espectaculares en 12K. Pero (siempre hay un “pero”) Flash no era HTML, y tampoco se trataba de una tecnología abierta. Oops!
Pertenecía a una empresa (Adobe terminó comprando Macromedia), y el Flash fue a donde esa empresa creyó que debía ir. El problema fue que Flash e Internet tomaron caminos distintos.
El HTML 4, que básicamente se mantuvo igual durante una década, comenzó a allanar el camino para el HTML 5, y todos saben lo que vino a continuación.
El iPhone.
Y esto cambió toda otra vez. Desde mi punto de vista, más que un cambio fue un acelerador. El HTML terminó evolucionando en un par de años, lo que probablemente habría demorado otra década. ¿Y sabes qué cambió también? No, los anuncios seguían haciéndose en Flash. Nació Android, Windos Phone y compañía. Pero los anuncios seguían siendo en Flash.
De hecho, hoy, pleno 2015, los anuncios siguen creándose en Flash. Y lo peor no es solo eso. Algunos lugares solo aceptan versiones muy antiguas de Flash (previas al iPhone). Siempre fue así y creo que siempre lo será. Pero quizá me estoy equivocando.
Flash cometió algunos errores que incluso dentro de su propia industria son inaceptables. Los Hackers hacen fiesta en las computadoras de las personas a través de Flash. El swf consume recursos de procesamiento y valiosa batería de las computadoras como nadie.
Además, el Flash no funciona en los celulares.
¡EL FLASH NO FUNCIONA EN CELULARES!
El gigante de la publicidad decidió poner fin a esto convirtiendo sus anuncios a HTML5. Google dejará de aceptar Flash. Chrome va a bloquear Flash. Pero calma, todavía hay tiempo… no es verdad, no tenemos tiempo.
El Flash ha muerto, superémoslo.
En aquella época alguien se aventuró a intentar cambiar las cosas – recuerdo haber asistido a un evento de lanzamiento de Internet Explorer – donde se transmitía en vivo la presentación de Bill Gates.
¡Había nacido el DHTML o HTML Dinámico! Bueno, casi.
La verdad es que el DHTML no cambió mucho el statu quo. Por ejemplo, lo que funcionaba en IE no funcionaba para Netscape (¿alguien lo recuerda? Ese navegador que llegó ates que Mozilla/Firefox) y, para empeorar las cosas, lo que funcionaba en una PC no funcionaba en Mac.
Estábamos realmente condenados a, ¿adivina?
Precisamente, la imagen.
Photoshop y un editor de texto básicamente era todo lo que necesitabas para construir un sitio. Pero las cosas empezaban a cambiar. Se dejó venir la era de los plug-ins.
Real Player, VDO, Director y, entre muchos otros, también estaba Future Splash.
Nacieron con el objetivo específico de añadir funcionalidad al HTML que, estoy seguro nadie me va a contradecir, era la tecnología más “aburrida” del mundo.
Future Splash terminó siendo comprado por una compañía llamada Macromedia, y entonces lo rebautizaron como Flash.
Fue un momento de verdadera emancipación. El diseño ya no necesitaba de comillas.
Fuentes, animaciones, interactividad… todo eso vino gracias a Flash.
Con todo ese éxito encima, Flash empezó a volar cada vez más alto. De un momento a otro, cualquier sitio estaba construido o integraba Flash – principalmente aquellos destinados a la comunicación.
Nació una industria en la que un montón de buenos profesionales se instruyeron y especializaron en Flash. El orden y la calma habían llegado a Internet – por lo menos en lo que respectó al diseño.
Personas realmente talentosas creaban contenidos muy buenos. Todo ese empuje y el ecosistema detrás de él terminaron haciendo que el formato swf (el archivo de Flash) se convirtiera en un “estándar” en la industria de los anuncios.
Parecía que había nacido para esto. Era perfecto. Si sabías trabajarlo, podías fabricar banners espectaculares en 12K. Pero (siempre hay un “pero”) Flash no era HTML, y tampoco se trataba de una tecnología abierta. Oops!
Pertenecía a una empresa (Adobe terminó comprando Macromedia), y el Flash fue a donde esa empresa creyó que debía ir. El problema fue que Flash e Internet tomaron caminos distintos.
El HTML 4, que básicamente se mantuvo igual durante una década, comenzó a allanar el camino para el HTML 5, y todos saben lo que vino a continuación.
El iPhone.
Y esto cambió toda otra vez. Desde mi punto de vista, más que un cambio fue un acelerador. El HTML terminó evolucionando en un par de años, lo que probablemente habría demorado otra década. ¿Y sabes qué cambió también? No, los anuncios seguían haciéndose en Flash. Nació Android, Windos Phone y compañía. Pero los anuncios seguían siendo en Flash.
De hecho, hoy, pleno 2015, los anuncios siguen creándose en Flash. Y lo peor no es solo eso. Algunos lugares solo aceptan versiones muy antiguas de Flash (previas al iPhone). Siempre fue así y creo que siempre lo será. Pero quizá me estoy equivocando.
Flash cometió algunos errores que incluso dentro de su propia industria son inaceptables. Los Hackers hacen fiesta en las computadoras de las personas a través de Flash. El swf consume recursos de procesamiento y valiosa batería de las computadoras como nadie.
Además, el Flash no funciona en los celulares.
¡EL FLASH NO FUNCIONA EN CELULARES!
El gigante de la publicidad decidió poner fin a esto convirtiendo sus anuncios a HTML5. Google dejará de aceptar Flash. Chrome va a bloquear Flash. Pero calma, todavía hay tiempo… no es verdad, no tenemos tiempo.
El Flash ha muerto, superémoslo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario